LA ORACION. EL CENTRO DE LA COMUNICACIÓN CON DIOS.
La oración es el medio por el cual estamos en comunicación con Dios, esta no es efectiva cuando no hay buena relación e interacción. ¿Podré llegar a tener una vida de oración si no tengo intimidad con Dios? ¿Obtendré intimidad sin un tiempo dedicado al Señor?
La oración es una herramienta fundamental para el relacionamiento hombre-Dios. El mismo Dios revela a nosotros la dimensión de esta intimidad cuando nos hace sus hijos por medio de la adopción. Desde este punto la oración no es algo así tan distante. Es para alguien cercano. Cuando Jesús enseña a orar él dice: “padre nuestro que estás en el cielo”. Si usted está con dificultades en la oración su relacionamiento padre-hijo, necesita mejorar.
¿No sería la falta de oración, también falta de fe? Nadie podrá practicar la oración sin creer que hay un Dios que le escucha y está listo a contestarle. Luego dejar de orar es la actitud de quien no tiene fe en Dios o por lo mínimo que no cree en el relacionamiento entre el hombre y Dios, o aún no confía en su propio relacionamiento para con el Padre celestial.
La dedicación diaria del tiempo con Dios es necesaria en la vida cristina. Tenemos tiempo para muchas cosas y necesitamos hacer un tiempo con Dios. Una medida inteligente acompañarla con la lectura de la palabra de Dios. La oración le llevara a tener sed por la voluntad de Dios en su vida y la palabra le revelara esta voluntad. Por esto la oposición espiritual se hace grande frente a una vida de oración.
Para que este tiempo dedicado pueda ser hecho en calidad; en cuanto a la intimidad, es necesario: Además de leer la palabra, adorar a Dios con loores. Arrepentirse sinceramente delante de Él. Aplicar esta palabra leída en su día a día.
“Así como el tren necesita del carril para andar, el creyente necesita la oración para vivir su vida de fe”.
Lo que no es oración.
Cuando Jesús enseña a orar primero él dice lo que no es orar. En San Mateo 6:5-13 vemos lo que no es y lo que es la oración:
La oración no es formalidad. En la época de Jesús él se deparo con los fariseos que les gustaba la oración de una manera formal y religiosa. (Las hacían 18 veces al día). Su motivación era ser visto por los demás y admirado por ser una persona dedica a lo que hacía. Esta acción fue terminantemente condenada por el Mesías de Israel.
La oración no es un rezo. Este conjunto de palabras decoradas que no expresan la realidad del corazón. Los gentiles paganos tenia esta costumbre en su devoción a sus dioses, los judíos estaban aprendiendo con ellos esta práctica la cual Jesús también la condeno.
Aún la oración no es un acto de penitencia. Erróneamente algunos padres ponen a sus hijos a orar como un castigo por algún hecho. Esto lo llevara a no desear la vida de oración que les será necesaria para tener una vida abundante en el Señor.
Lo que es la oración.
Existe una oración modelo de Jesucristo, que además de enseñar a orar, enseña la práctica por medio de la oración y la búsqueda de la voluntad de Dios para nuestras vidas. San Mateo 6:9
“Vosotros, pues, oraréis así:...”
La oración es semejante a una ruta de doble mano. Que expresa lo dispuesto en el corazón humano y a su vez atrae, de parte de Dios, sus riquezas incalculables. Pero esta disposición necesita ser transparente sincera y conforme a la voluntad de Dios. Por esto la importancia de la lectura y aplicación del texto bíblico en la vida del intercesor.
La oración es también la dependencia del Espíritu Santo que conoce tanto a nuestro espíritu como al propio Dios. Orar en el Espíritu es una necesidad. El texto de Romanos 8: 26 y 27 nos deja esto bien claro. El conoce la voluntad de Dios para nosotros y también conoce nuestra debilidad. Sabe lo que necesitamos y esto va más allá de lo que deseamos. Muchas veces uno desea lo no ideal. Él según su omnisciencia sabe lo útil para nuestra sobrevivencia en el hoy y el mañana.
“Ore pero ore según la voluntad de Dios”.
La oración del padre nuestro no es un modelo a ser usado con repeticiones. Si, es una revelación de los puntos básicos y necesarios para la oración del individuo.
Primero: Revela la necesidad del hombre en oración reconocer la soberanía de Dios “Padre nuestro que estás en el cielo”. Hay un Dios soberano que abre la posibilidad de comunicación directa con él. No hace falta intermediario. Todos los hombres tienen la posibilidad de orar.
Segundo: Reconocer la Santidad divina “Santificado sea tu nombre”. Reconocer es también vivir la santidad. Pues sin ella es imposible ver al Señor. La oración misma es un medio de humillación y petición para estar limpio por la sangre de Cristo y vivir en santidad.
Tercero: Reconocer el reino de Dios en el presente y en el futuro “venga tu reino”. No vivir nuestro reino (nuestra voluntad), menos el reino de las tinieblas (reino de Satanás): Cristo nos llamo para la libertad. El reino de Dios en nosotros nos hace libres.
Cuarto: La sumisión total y verdadera a la voluntad de Dios. “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en los cielos”. Buscar entonces el dominio total de Dios en nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo. Así como Jehová es autoridad en los cielos que sea en la vida humana.
Quinto: Creer que Dios suple todas nuestras necesidades. “el pan nuestro de cada día nos da hoy”. No vivir afanado con el día de mañana, como Dios cuida el pájaro cuidara de ti.
Sexto: La disposición del corazón a perdonar para luego recibir perdón. “perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos nuestros deudores”. Recibir perdón es lo que más se busca; perdonar el semejante, es entender y aplicar el principio de Dios aun para con el enemigo.
Séptimo: Confiar que va a recibir protección en contra de las tentaciones y acciones malignas. “Y no nos deje caer en tentación”. Jesucristo nos dio victoria sobre nuestros tres adversarios. La carne, el mundo y el diablo. De estos tres la carne es la más peligrosa. Por esto la necesidad de la oración para vencer la tentación y la concupiscencia humana.
Octavo: Devoción, adoración desde un corazón limpio y sincero. “pues tuyo ES El reino, poder y La gloria por siempre. Amén”. Oración y adoración se mezcla y un cristiano no sobrevive sin estos dos ítems. Con el primero se satisface la necesidad humana de la comunión con el creador; con el segundo, a de Dios, de recibir toda la gloria a él debida.
La oración perseverante:
Daniel oro 21 días sobre un único tema para ver la respuesta. Ya vimos que la oración no es un rezo decorado, sin embargo, cuando tengo algo para poner delante de Dios y esto me incomoda, debo seguir intercediendo hasta que venga una respuesta. Que puede ser: positiva, negativa o un alerta de espera.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Mt.7:7 y 8
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; Ef. 6:18
“No ores hasta que Dios te escuche, ora hasta que puedas oír la voz de Dios”
Oración una devoción a Dios.
Sabemos que es necesario orar. Ahora, ¿Cómo orar? El creyente está dividido en dos partes, lo carnal y lo espiritual. Cuando más ora uno, se estará acercando más su espíritu al Espíritu Santo de Dios (que es centro del relacionamiento hombre-Dios) y de esta manera tendrá más intima comunión con él.
No existe una postura física única para la oración. Podemos orar en espíritu, con la mente, en nuestro cuarto con las puertas cerradas, en la congregación, en familia, en grupos de amigos. De rodillas, parado, andando, acostado. Pero, una realidad no excluye a la otra. El hecho de que una persona puede orar parado no quiere decir que la oración de rodillas no se debe hacer o que es una hipocresía. La hipocresía no está en una posición y si en una indisposición del corazón.
Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo,
Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. SALMOS. 44:25
En toda la historia bíblica no podemos encontrar un adorador igual que David. Un hombre que vivía de rodillas humillado delante del rey de reyes. David siendo rey siempre recibía la reverencia a él debida. Las personas al acercarse a este importante rey en Israel se postraban. Y mismo siendo él una autoridad real se postraba delante de Dios.
Algunos utilizan la rápida oración de Elías para declarar que no es necesario orar tanto. Pero se olvidan de que este hombre tenía una vida de oración y además de esto él lo hacía en devoción y humillación delante del Señor.
Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. I Rs. 18: 42
En toda la biblia vemos hombres postrándose delante de Dios para orar. Hombres del campo como Abraham, Isaac, Lot, Job entre muchos otros. Hombres del palacio como Isaías, Ezequías, Salomón , etcétera. ¿Qué decir de la vida de devoción del mismo Señor Jesucristo? Siendo Dios no tenia esta necesidad, como hombre se humillo en oración y adoración.
En aquellos días el fue al monte a orar, y paso la noche orando… Lc.6:11
¿Si Jesús tenía una vida de oración y devoción, cuánto más nosotros lo tenemos que tener? El libro de San Juan capitulo 17, esta registrada toda una oración de Jesús por sus discípulos y por nosotros. Acá encontramos la oración intercesora. No sea egoísta en sus oraciones no ore solamente por beneficios personales. Ore por su familia, amigos, hermanos en Cristo y también por los que lo odian.
No se olvide que Jesús se postraba para orar y aún con la hipocresía de los fariseos en su entorno el se humillaba en espíritu y en verdad delante del Padre. Hagamos lo mismo.
Yendo un poco a delante, se postro sobre su rostro, orando y diciendo: Padre… San Mateo 26:39
Tenga conciencia de la importancia de la oración en nuestras vidas. Orar no es repetir decoradamente palabras sin valores reales. Orar es humillarse delante de Dios y buscar vivir su soberana voluntad. Aquellos que no se postran delante de Dios hoy, un día se postraran, porque toda rodilla se postrara delante de él y reconocerán que Jesucristo es el Señor. ¿Vamos a orar?